domingo, 21 de noviembre de 2010

Tranquilidades, profundidades y purezas.

Nadar en un profundo lago sin cualquier tipo de ataduras. Sintiendo como tu desnuda piel roza las burbujas de aire que se escapan entre el movimiento. Sentir como tu pelo ondea a tu ritmo, como tus brazos de cansan de remar hacia un futuro desconocido, como tus oídos estallan ante ese inmenso silencio al que se enfrenta. Sentirse a gusto sola con una misma. Sin nadie más. Sin más que agua, carne, sudor y algún que otro microorganismo a la deriva. Sentirte dueña de ti misma. Dueña de tus emociones. Abrir los ojos bajo el agua y sentir solamente pureza y oscuridad. Hacer piruetas como una niña pequeña. Ojalá pudiera experimentar esa sensación.