domingo, 21 de noviembre de 2010
Tranquilidades, profundidades y purezas.
Nadar en un profundo lago sin cualquier tipo de ataduras. Sintiendo como tu desnuda piel roza las burbujas de aire que se escapan entre el movimiento. Sentir como tu pelo ondea a tu ritmo, como tus brazos de cansan de remar hacia un futuro desconocido, como tus oídos estallan ante ese inmenso silencio al que se enfrenta. Sentirse a gusto sola con una misma. Sin nadie más. Sin más que agua, carne, sudor y algún que otro microorganismo a la deriva. Sentirte dueña de ti misma. Dueña de tus emociones. Abrir los ojos bajo el agua y sentir solamente pureza y oscuridad. Hacer piruetas como una niña pequeña. Ojalá pudiera experimentar esa sensación.
lunes, 16 de agosto de 2010
Canada's freedom.

Estar en Toronto. Aquí no le debo nada a nadie. No tengo padres frustrados encima de mi, ni mejores amigos prácticamente desconocidos. No tengo amores prohibidos, ni tan solo el chico que me provocaba curiosidad. Nada. Estas sola.
Aquí solo importo yo, y lo que mi persona quiera hacer. Vivir sin ningún tipo de ataduras, ni recelo, ni nadie que me reproche nada. Aquí soy la verdadera y auténtica Rima.
miércoles, 9 de junio de 2010
Mira y vuelve a mirar.
Y aquí me encuentro yo, un miércoles por la mañana, más tarde que mañana, creándome un blog nada filosófico. No podré decir sobre qué hablaré en el futuro, pero me imagino, que como cualquier adolescente en trámites de locura, no os diré nada que no hayáis sentido todavía.
Me asombra la cara de esas extrañas personillas que pasean por la calle con caras largas en un día de lluvia. Todos dicen: "Parece mentira que sea junio." Y es cierto. La mayoría de los 'junios' de mi vida la gente sonreía. ¿Qué sucede este año? ¿Acaso no les agrada tener un clima como este?
Un día grisáceo, con lluvia a más no poder. Un día fresco en el cual el olor de los árboles se intensifica y todo se vuelve tan puro como lo era antaño, donde se escucha más que nunca el canto de los pájaros porque la gente no sale apenas a la calle, acurrucada en su sofá. La ternura de llevar un buen abrigo calentándote el cuerpo frío y humedecido. Una temperatura fresca pero agradable.
Y la gente sigue disgustada. Preferirían estar con un calor sofocante metido en los huesos, el sudor recorriendo sus casi desnudos cuerpos, beber litros de agua porque 'es la que toca'. Y sí, ver los rayos de sol atravesando la fina y colorida vidriera de la ventana. Admito que esto ultimo es agradable, pero, queridos amigos míos, reservaros estas ansias para cuando esteis realmente de vacaciones y aprovechad este tiempo para dar achuchones.
Por cierto, que no se me olvide decir que, como todos sabéis y todos evitáis, si sonreís, todo resulta ser mucho más colorido.
Vuestra queridisima Rima González, pronto Rima Baker.
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